El hombre que denunció de manera ridícula a Michael Jordan por 832 millones
Estados Unidos es famoso por sus juicios ridículos contra cerebritis. Hoy vamos a contar el caso de un fan que denunció a Michael Jordan.
¿Qué te puede mover a denunciar a una celebridad como Michael Jordan por una barbaridad como 832 millones de dólares? Parece que quemase tu casa con tu familia dentro, pero no, es mucho más ridículo que todo eso. Esta es la historia de Allen Heckard, un hombre de Portland que un buen día se levantó y decidió comenzar una serie de juicios contra la estrella de los Bulls, el motivo, se parecía mucho a él.
Esto ocurrió hace unos años ya, 2006, pero la historia merece ser contada una y otra vez. Es de esas historias que si te la perdiste en algún momento vas a quedar alucinado. Hay muchas personas en Estados Unidos que interponen demandas tanto a grandes compañías como a cerebritis, porque poner una denuncia allí es relativamente barato, unos 200 dólares y si tienes suerte puedes no tener que volver a trabajar en la vida.
De este tipo de casos es muy conocido por ejemplo una mujer que denunció a McDonald's porque su café estaba demasiado caliente y se quemó, por eso ahora pone que el contenido de su interior está caliente y puede provocarte quemaduras. O el hombre que puso el control de velocidad a su autocaravana y se estrelló pensando que era un "piloto automático". Todas estas denuncias ridículas fueron ganadas con sumas cuantiosas de dinero.
El caso de Allen Heckard
Pero pasemos a nuestro protagonista, Allen Heckard, que en 2006 se levantó y dijo, voy a denunciar a la estrella del baloncesto Michael Jordan. En su alegato decía que ser parecía demasiado a él, y que si bien, al principio era gracioso, acabó siendo tan aparatoso que no le dejaba vivir. Que era muy fan de Michael Jordan, pero que por su parecido su vida se había convertido en un infierno, así que pedía de indemnización nada más y nada menos que 832 millones de dólares.
La cuestión es que decía que todo el mundo le paraba por la calle para pedirle autógrafos y que salir de su casa se había convertido en un suplicio. Para más inri tenéis que saber que la demanda no solo era para Jordan, sino que estaba perfectamente dividida entre el jugador de baloncesto y Nike. El primero, obviamente porque se parecía mucho y debido a su fama, no "podía vivir" y a la compañía Nike, por patrocinar a la estrella del baloncesto, haciéndole en cierto modo responsable de su fama.
¿En qué acabo todo esto? Pues al parecer en nada. La demanda siguió adelante, suponemos buscando que la parte demandada llegase a un acuerdo con él, pero al parecer Jordan no se echó atrás y decidió ir al juicio. El señor Heckard al ver las costas que le supondría un juicio de esa magnitud, decidió echarse atrás. Más que nada, porque si, se parecía bastante a Jordan, pero también medía como dos palmos menos, que podría ser una buena apelación sobre su parecido.
Así que para su desgracia se quedó literalmente a dos palmos de poder ser rico, aunque bueno, el pobre hombre lo intentó.