R. Kelly, ganador de un Grammy, fue acusado en 2002 con una pena de hasta 15 años de cárcel por grabarse en vídeo mientras mantenía relaciones sexuales con una menor. El caso se desechó cuando el cantante fue declarado inocente en 2008.
Ocho años después reconoce avergonzado que sufrió abusos sexuales por parte de una mujer de la familia que fueron continuados desde los siete años hasta la adolescencia. El artista los explicaba con estas palabras: "A medida que me hago mayor, lo recuerdo y sé que era algo que se transmitía en mi familia, no empezó ella. Pasa igual que con la pobreza, también era una maldición generacional en mi familia, pero decidí que yo no iba a estar arruinado como lo estaban mi madre, mis tíos, mis hermanas".
Entiende que con la música, los fans suelen interpretar de manera literal las letras. En su opinión, cree que toda maldición familiar puede romperse y reconoce que ha perdonado a la persona que abusó de él a pesar de la gravedad del asunto.