Trabajo de la semana: Ab-Soul - Do What Thou Wilt. (2016)
Ab-Soul se mueve entre la promesa, la irregularidad, la tendencia y lo que le sale de la Deep Web. Por eso cada referencia que lanza es recibida con la expectación de una ruleta rusa.
El primer “RAW (backwards)” junto a Zacari es la bala en un tambor de seis, no nos mata pero nos deja tocados, con el cuerpo entre el tembleque y el colapso. El californiano suelta sus barras sin que le importe nuestro estado una mierda, subiendo y bajando, como vacilando en un buggy, con parones melódicos, voces desfiguradas y un sonido roto que no pertenece a ninguna época. Hasta por momentos creemos que nos encontramos en el Vietnam de El cazador, ese solo de guitarra, y las palabras y la base retorciéndose hasta que salen gotas de sudor.
Después de un tema lleno de paisajes, que casi parece progresivo, continúa con “Braille” con Bas, sumergido en la vegetación. Salvo que no tenemos muy claro si se trata de un lodazal en mitad de la guerra o un inocente parque tras la sobredosis, pues domina una despreocupación blanca a lo Machine Gun Kelly que poco a poco va virando hacia la desesperación del chopped & screwed... Hasta “Huey Knew THEN” con Da$H, donde los punteos armónicos y el homenaje al tema de El príncipe de Bel Air metaforizan la deriva de la inocente utopía hip hop a la esquizofrenia. Un tema de horrorcore hardcore que resucita de la tumba a Ol' Dirty Bastard mediante un rito vudú al que se le van uniendo los loas de Gravediggaz, Tech N9ne y demás demonios. Parece que se pone serio, por eso “Threatening Nature” es algo así como transitar los distintos planos de su mente, todos dominados por los demonios de Hellraiser. Sus rapeos son como una cuerda llena de nudos, en donde aunque escuchemos a su garganta tragar saliva no hay espacio alguno para la respiración.
Existen espacios más amables, por supuesto, “Womanogamy” se permite una exhalación de corte trap, eso sí, como el humo y no la brisa, pues estamos definitivamente ante el álbum más oscuro del de Los Angeles. ¿Que no? “INvocation” cuenta con Kokane pero estamos muy lejos del G-Funk y muy cerca de Odd Future, transformando el jazz en esquizofrenia con cierto toque emo-hípster a lo Kid Kudi –algo que también se deja ver en temas como “YMF”. Ni west ni east coast ni sureño, simplemente oscuro, psicópata –“Beat the Case” con ScHoolboy Q”–, listo para liderar el cartel del festival Gathering of the Juggalos, con temas en los que nos vamos introduciendo progresivamente en una atmósfera más y más irrespirable, insana.
La extrema longitud del álbum, dieciséis cortes plagados de temas dobles, y la existencia de canciones de rugosidad más aterciopelada –el muy suyo “Now You Know” o “Lonely Soul” junto a Punch, por citar algunos–, hacen que el retorcido Ab-Soul controle más el tono que otros compañeros de manicomio como Danny Brown. En cualquier caso, no olvidéis la medicación si le dais al play.
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