Trabajo de la semana: Blu & Union Analogtronics - Cheetah in the City (2016)
Lo ha vuelto a hacer, tras inaugurar esta sección con el EP Titans in the Flesh con Nottz a los mandos de la máquina del tiempo y estar a punto de repetir con su Open Your Optics To Optimism junto a Fa†e, la cuarta referencia oficial que lanza este año merece otro hurra. Con permiso de Curren$y, el MC californiano tiene este 2016 la mejor relación productividad/calidad/variedad. Y si no atentos a su primer “LA Counting”, allá donde el funk y el groove, lo electrónico y lo orgánico, lo clásico y lo actual se unen entre una atmósfera cambiante sostenida por esa línea que es su flow tranquilo, capaz incluso de introducir un autotune más cercano al Marilyn Manson de Mechanical Animals que a cualquiera del sur.
No te acomodes aún, porque “Whatever” comienza con un sabor a medio camino entre el revival cincuentero de Lana del Rey y un paisaje oriental que encaja con la portada del trabajo, una combinación de mundos en la habitación de un aristócrata naif –algo que se repetirá en tracks como “Cheetah”, en donde el tigre salvaje se da la mano con un salón diseñado por Frank Lloyd Wright, lleno de tipos trajeados bebiendo whisky caro. Así, entre beats en donde los detalles y la vida revolotean, Blu nos seda con su fraseo aterciopelado, algo así como si al caminar por una naturaleza exuberante y peligrosa en lugar de sufrir un ataque nervioso acabásemos sedados. “Weekends” alarga esa sensación contradictoria a través de unos bajos gordos y melancolía jazz de matices chicanos que nos hacen sentir ante un laberinto por el que perseguimos a un MC siempre cambiando de dirección, sin embargo, lejos de frustrarnos disfrutamos del increíble olor a jazmines de las paredes llenas de vegetación.
Pero no está todo dicho, “Sleepin’” parece hacer un radical cambio de banda con sus menos de dos minutos de duración y una instrumental bellísima que nos mantiene en la duda acerca de si ésta desembocará en un sonido Daft Punk o en un pasaje de música clásica. Indecisión que funciona de conexión entre los temas y dota de coherencia al álbum, por eso mismo “Workin’” es un corte muy distinto que no obstante parece emanar del anterior track, lo mismo que el siguiente “Sunny”, haciendo imposible la tarea de identificar su sonido con una ciudad en concreto –algo favorecido por la presencia de los parisinos, Union Analogtronics, segunda vez que se cuelan productores franceses en nuestra sección. Y precisamente será este ningún lugar que nos impide decidir si esto es música club o mochilera, de los diez o de los dosmil, costa oeste, sur o este, de donde surja la personalidad única del trabajo.
Por eso para “French Kiss” junto a Chat perdemos la pista de si estamos ante un guiño a la música popular del país de las baguettes y los sans culottes, si se intenta un salto al terreno de lo experimental o una burla hacia la grandilocuencia operística de Kanye West. Juego al despiste que se alarga con “One Two”, más cercano al sonido de Detroit de comienzo del siglo XX con el rollito de los Platinum Pied Pipers que el mismo “Lynx” en el que colaboran Frank N Dank y Phat Kat. Buscar puntos fijos es en vano, no estamos ante un trabajo que haya que disfrutarlo así, dejémonos llevar y encontraremos su carácter sólido, orgásmico.
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