Todas y todos los que rapeamos tenemos un espíritu guerrero, por muy pequeño que sea. Nos gustan los retos duros y escogimos hacer del papel nuestro gimnasio psicológico y el portavoz de los que nos rodean o preocupan.
Este género musical nació de la necesidad de dar voz a la población más marginada y oprimida de los Estados Unidos. Dado el compromiso de bboys, bgirls, MCs , graffiteros, beatboxers, djs y beatmakers, la autenticidad es clave, da igual la forma de ser o de vida del sujeto: el rapero que habla de meterse y es verdad, el que vivió una vida tranquila y lo plasma en sus letras, el MC que desahoga su dolor y el de personas que están puteadas todos los días por un sistema político que se auto proclama democrático pero que legitima la censura y el terrorismo de Estado. ¿Os suena de algo?
Me entristece y frustra pensar en el hecho de que tengo colegas que, por su esfuerzo y nivel, podrían estar entre los grandes de la escena. Pero no, lo que tenemos en el Estado español es una invisibilización mediática provocada por la industria, tanto por la musical como por la publicitaria y la informativa. Vamos, lo que viene siendo el triángulo de las Bermudas para nuestra cultura, nacida en barrios marcados por el dolor, el racismo y la pobreza.
Uno de los motivos principales por los que hace años hice un programa de rap en la radio comunitaria de mi ciudad, Rádio Filispim, fue para darle voz a aquellos artistas que no llegaban a los oídos más allá de las redes sociales.
¿El motivo? Salvo raras excepciones, aquí no triunfa el rap de verdad, ese rap que denuncia las injusticias, c basado en lo que se vive, se ve o se proyecta en nuestra mente y que muchas veces podría resumir todas las etapas y emociones que hemos experimentado. Tampoco triunfa el esfuerzo, el currarse las letras, el hacer estructuras, símiles, metáforas, juegos de palabras; y menos aún el ser humilde y valorar el trabajo de los demás sin oportunismos.
Tanta lucha a finales del siglo pasado para que ahora algunos de los "artistas de rap" más escuchados ni siquiera tengan voz propia. Esta puta música nació de la lucha por la libertad, no para que sepamos cuánto os mide el rabo. Todo pose y chulería barata. A ver cuánto os dura el circo.
Sed felices, el Hip Hop lo es, si tenéis vuestra propia voz.