Trap, jóvenes y sociedad: De crecer con Kase.O a crecer con Pxxr Gvng
"La música de ahora es la peor de la Historia... fácil para mí brillar entre la escoria" (Kase.O)
Antes de empezar, es preciso señalar dos cuestiones. La primera es que la presente reflexión no tiene ninguna intención de sentar ningún tipo de cátedra (eso se lo dejaremos a los expertos y a los soberbios), siendo su "único" fin el de ser un sencillo aporte al necesario debate individual y colectivo sobre este género musical por el que tantas personas (fundamentalmente los jóvenes) nos sentimos atraídos con mayor o menor pasión; y la segunda es que el que escribe no es inocente y es justo hacerlo ver desde el principio, pues lleva varios años muy interesado por el rap (y ahora también por el trap español) y busca que la cultura sea un instrumento de cambio, lo cual se percibe en las posteriores líneas. Dicho esto, adentrémonos:
Si consideramos que las transformaciones de los géneros musicales no pueden ser entendidas como aisladas de la situación política, social y económica, tendremos que asumir que el (quizás) comienzo del "boom" del trap español (o como queramos llamarlo) ha venido marcado por un momento claramente difícil que se complica aún más al fijarnos en los jóvenes, los cuales tienen que asomarse a un futuro incierto y sin claras certezas a las que agarrarse acompañados de un casi 50% de desempleo juvenil en nuestro país. Con este panorama, es lógico que la juventud se exprese (o se sienta atraída por la expresión de otros) de diversas maneras que incluyan una serie de pensamientos sobre cómo se sienten en relación a los problemas políticos, económicos y sociales que vive el país, ya que estos les afectan sobremanera. Además, cabe la posibilidad de que dentro de esas reflexiones juveniles se proyecten (aunque sea tenuemente) propuestas y actitudes para resolver los problemas sufridos, dándonos así más elementos para entender de qué maneras la juventud ha decidido afrontar su época.
Sabiendo lo anterior, parece lógico plantear la posibilidad de que la juventud opte por rebelarse fuertemente contra lo establecido, expresándose dicha actitud a través de las maneras que le son propias. Fijándonos en la vía que nos importa, que es la del trap en España, quizás podamos encontrar una serie de pequeñas rebeldías (lo cual indica que existe cierto potencial transformador en él) que se expresan en sus maneras de vestir, alguna que otra referencia en diversas canciones, la recuperación de algunos elementos de la cultura popular o, incluso, en el estilo desenfadado y fresco existente en su música, pero no se halla mucho más.
Y si atendemos al plano de la postura a adoptar ante la difícil situación de los jóvenes no encontramos nada demasiado alentador, ya que tienden a reproducirse (generalmente) mensajes (se nota la influencia de la ideología norteamericana) que animan a los jóvenes a encontrar respuestas individuales a problemas colectivos, a plantear la necesidad de conseguir dinero como sea como vía para ser más feliz, a defender una mayor amoralidad como consecuencia del excesivo individualismo, a seguir manteniendo el machismo como un eje clave en la relación entre las personas, a un disfrute de lo inmediato a través del desfase y las drogas, y a la valoración de lo estético por encima de lo reflexivo. Son estas unas ideas beneficiosas para las élites políticas y económicas (grandes culpables del sufrimiento de la mayoría) ya que fomentan un individualismo egoísta y competitivo que no ayuda a unir a los jóvenes frente a sus problemas, así como una desidia y desinterés mayor ante las voces que hablan de construir una nueva sociedad contraria a los valores que sustentan la injusticia actual.
Con todo esto, habría que preguntarse por qué este género musical es capaz de prosperar si implícita y explícitamente se están transmitiendo una serie de ideas cómodas para los poderosos a un sector poblacional que, en teoría, debería sentirse más atraído hacia posturas y expresiones artísticas más o menos subversivas. La respuesta no parece nada fácil. En cierta medida, es posible encontrar jóvenes concienciados que se sientan atraídos por el trap de nuestro país, lo cual es prueba de su gran potencial de atracción.
No obstante, lo que más ha de preocupar son todos esos jóvenes "apolíticos" que en lugar de crecer con rap con cariz combativo van a hacerlo con reggaeton (otro tema interesantísimo y que merecería atención) y con el trap español. Quizás tenga que ver con que el trap, de alguna manera, canaliza esa necesidad de rebeldía contra el orden en un sentido favorable a este gracias a esas "pequeñas subversiones" que hemos señalado en el anterior párrafo, ayudada esta canalización por la obsesión de la época con la inmediatez, la imagen y lo nuevo, por un rap que ha necesitado de renovación y que parece que la está encontrando en este "nuevo" estilo diferenciado del rap, y por último y no por ello menos importante, por una falta de certezas morales, políticas, filosóficas, etc. que dificultan la llegada de grandes verdades colectivas como las que sí había en décadas pasadas (lo cual facilita que el individualismo y el relativismo se mantengan).
Como puede verse y si ponemos en una balanza pros y contras, no es positivo lo que el trap en España (hay que insistir en que está muy influenciado por lo que se hace en EEUU) está transmitiendo a la juventud, chocando esto con lo que el rap transmitía a la juventud en el pasado. Es evidente que no es lo mismo crecer con los mensajes de Tote King o Nach que con los lanzados por Recycled J o C. Tangana, siendo los primeros portadores de unas actitudes más combativas y de mayor crítica social que los segundos. Ante esta situación y sin desmerecer la necesidad de reflexionar sobre la relación entre el rap y el trap en España (daría para otro artículo), hay que preguntarse desde posiciones transformadoras sobre lo que puede significar el género musical que nos compete, ya que este está pugnando por la "hegemonía de lo urbano" y esto no puede ser tratado de forma menor.
Cabe la posibilidad de que la actual forma de trap que se da en España siga avanzando posiciones y penetre cada vez más en la juventud, lo cual no ayudaría a la mejora de las condiciones de vida de esta por la ideología favorable al poder que se transmite en dicho género, tal y como hemos apuntado anteriormente. Otra posibilidad es que con el nacimiento de nuevos "traperos" los mensajes varíen y se doten de un contenido más transformador (ya está ocurriendo en cierta manera, véanse los acercamientos de Gata Cattana, El Piezas o, incluso, de Dellafuente en algunas canciones), quizás llegando estos a competir con el mayoritario mensaje individualista y competitivo actual.
En todo caso, es preciso que la gente que abogamos por transformar la sociedad tengamos muy presente lo que subyace tras lo atractivo del trap en nuestro país, teniendo por ello la necesidad de apoyar en la medida de lo posible a aquellos que introducen "nuevos" mensajes dentro de este género musical con vistas a no convertirlos en marginales, a lo cual ayudaría que todo lo que se apoye sea de calidad y no propio de primerizos desprovistos de capacidad de generar atracción más allá de reducidos círculos.
Finalmente y esperando que lo reflexionado aquí pueda servir para que algunas personas empiecen a pensar sobre lo que el trap español nos supone y puede suponernos, os invito a que comparéis "Lookin for the money" de Recycled J y "Blessed" de Kaydy Cain con "Cuatro monedas" de Gata Cattana y "La vida es" de Dellafuente y Maka, ya que estas y su comparación ejemplifican lo escrito a la perfección. ¡Gracias por leerme!
"Tú sueñas con ser Don Juan, derrochar Champán... yo prefiero ver al que no tiene y darle pan, man". (Nach)