La prensa española vuelve a degradar al rap y se mete con Rels B
Si hace poco comentábamos y argumentábamos en contra de las declaraciones del Diario de La Rioja refiriéndose a las actuaciones de Toteking y Jaime Lorente (entre otros) en el marco del festival riojano Actual, hoy volvemos a denunciar públicamente el trato de la prensa española hacia el rap. Un trato basado en la consideración elitista y despreciativa del mismo, nacida de la ignorancia y el desinterés por descubrir una música que tiene mucho que ofrecer.
Es el turno de Ok Diario, el cual ha publicado en su espacio web un artículo de opinión en el que se convierte al rap en una víctima colateral de un problema que no le incumbe, saliendo mal parado de este conflicto tras unas declaraciones innecesariamente insultantes, ya que podrían haberse realizado sin ningún tipo de intento por menospreciar a los artistas y su trabajo.
Una crítica en la que se mezclan los conceptos
Gaspar Sabater es el nuevo nombre que se suma a la lista de periodistas que miran a este género musical por encima del hombro, aunque en este caso no sea el objetivo directo de sus ataques. El autor, buscaba criticar al administrativo de Palma de Mallorca por sus gastos en las festividades patronales del ayuntamiento. Estas implicaron un millón de euros de gasto público para los mallorquines, cosa que el autor considera un auténtico despilfarro.
A nosotros no nos atañe esta cuestión (ya que en esta web no nos centramos en los múltiples y variopintos problemas de España a nivel político), pero el autor cae en el error clásico de mezclar churras con merinas y con su crítica atacar a gente que ni le va ni le viene.
Este es el gran primer tema al que sacar punta en este artículo, el error de mezclar su debate político con el trabajo de x número de artistas que no están envueltos en el como si ellos fuesen una consecuencia del mismo.
Porque lo cierto es que yo no conozco al dedillo el ambiente político reinante en Palma de Mallorca, pero claro que un millón de euros me parece mucho dinero para el apartado musical de las fiestas patronales. Aún así, no veo donde tienen la culpa de esto artistas como Rels B, que solamente están haciendo su trabajo y han ido porque les han contratado para ello. Esta mezcla de conceptos innecesaria y gratuita viene ya desde el título del artículo: Socialcomunismo hip hop. Un título que genera polémica pero sin ninguna base real de debate.
Sin embargo, este error podría haberse quedado en una anécdota, un pequeño derrape de discurso por parte de Gaspar si no fuese por el ahínco con el que se critica al género, el desconocimiento que se muestra respecto al mismo y el elitísmo hacia la escena artística moderna, ya que se critica a su vez la actuación del icono queer Samantha Hudson.
La ignorancia al respecto del tema, alcanza unas cotas ridículas, y queda plasmada en la confusión que muestra el autor al escribir el "Res B" varias veces (por lo que no es un error puntual si no de base) en el texto. No hay más preguntas señoría.
Rels B en las fiestas de Sant Sebastià 2022. Imagen de M.A. Cañellas
Rels B es la nueva victima
Critica con ironía Gaspar el caché del mallorquín, ciertamente elevado. Le califica de forma hiriente como "un genio que ha situado el rap y el hip hop en la cúspide de la excelencia musical para satisfacción de una generación educada en el amor al ruido". Considera que es insultante que este cobre lo que cobra mientras otros grupos invitados apenas sobrepasan los mil euros de caché, como los grupos de música folclórica mallorquina Al Mayurka y Qanarusa.
Una comparación bastante ridícula, con todo el respeto para ambos grupazos de la escena de la música tradicional en esta comunidad. Yo personalmente adoro la música tradicional gallega, pero el caché de un grupo como Al Mayurka que goza de gran prestigio pero en plena época del estreaming tiene 35 oyentes mensuales, no se puede comparar con el de uno de los artistas españoles que más ha marcado el panorama internacional de los últimos 5 años.
Debemos recordar que Rels B tiene 10 millones de reproducciones mensuales en Spotify, y ha sido varias veces de los artistas más escuchados del país y fuera de el. No es que haya que rebuscar mucho más. Otra cosa es que el autor le considere inferior por hacer "ruido" y que otros géneros musicales tengan mayor dignidad. En ese caso, respetamos sus preferencias pero eso no le justifica para hacer una crítica tan maleducada, y lanzarnos a la cara su elitismo y clasismo hacia una música que no para de crecer a nivel internacional y que dista mucho de ser simple ruido.
Y es que el rap español ha alcanzado grandes cotas de complejidad musical en los últimos años. Está plagado de innovación, de profesionales llenos de talento, y está comenzando a generar una estructura asentada en todo el país. Estamos seguros de que Gaspar sería de los que criticaban Rock & Roll como una música del diablo cuando apareció.
Respetamos sus críticas al derroche y las políticas sociales, siempre y cuando estas estén bien fundamentadas y no consistan en el sensacionalismo en busca de la desacreditación política, algo muy típico de la prensa de nuestro país totalmente partidaria por lo general. Pero no creemos que esto le permita criticar a un género musical entero, a un artista en concreto y a toda una generación a la cual no parece ni que comprenda ni que se esfuerce por comprender.
Hacen falta menos prejuicios y señorío en la casta periodística española, y un poco más de nuevas ideas y mentalidad abierta.