Uno de los (sin lugar a dudas) lanzamientos de este año, fue el maravilloso disco del productor granaíno Blasfem, Blasfem On Air. Un LP en el que juntaba a algunos de los talentos más destacados del panorama nacional actual, como sus compañeros de trabajo, los gemelos Ayax y Prok, sus allegados más cercanos como Fernandocosta o Dollar Selmouni, y otros artistas destacados como Bejo o Foyone.
Blasfem es conocido por ser uno de los mejores productores de rap que ha parido este país actualmente, así que esta propuesta revolucionó al público como era de esperar. Por si esto fuese poco, el anuncio a través de sus redes de que el productor iba a realizar únicamente dos fechas, una en Madrid y otra en Barcelona, donde reuniría a la mayor cantidad de los artistas implicados posibles, convirtió la escena en un polvorín.
Nosotros hemos podido estar en la fecha de Barcelona, y os vamos a contar un poco lo que fue a todas luces, la fiesta del rap nacional de este año.
El bolo con más expectativa en años
El hecho de que el concierto fuese un jueves, para facilitar que pudiesen estar la mayoría de artistas posible, no pareció disuadir al público. Cuando nos acercamos a la puerta de la Razzmatazz 2, la sala donde se celebró, la cola llegaba prácticamente hasta la esquina de la manzana. Un montón de chavales y chavalas, que repasaban frenéticamente las canciones una última vez, mientras apuraban las últimas cervezas.
Una vez dentro de la sala, que se llenaba rápidamente, la atención estaba claramente orientada hacia el escenario. El pequeño puesto de merchan escondido al pasar una esquina no captaba la atención del público que iba hacia las luces que ponían en grande Snipes en el escenario como polillas hacia la luz.
El "arranque" realizado por el productor malagueño Sceno, arrancó algún grito perdido, pensando que todo empezaba. Pero Sceno solamente había salido para caldear un poco el ambiente, pinchando unos buenos temazos.
La chicha nos pilló por sorpresa
Para cuando arrancó el bolo, no estábamos preparados para lo que iba a suceder. El primero en aparecer fue Sitton. Ahí comprendimos que no solamente íbamos a escuchar Blasfem On Air, sino que íbamos a tener un repertorio de temas extra, a lo largo de un concierto que se alargó hasta las dos horas. Increíble.
Pudimos ver de esta forma temas inéditos de Nadal 015, clásicos de los gemelos de granada y de Fernando y Dollar, volver a disfrutar de Las Ninyas del Corro, que obviamente brillaban en su propia casa, y obviamente, disfrutar de un disco en directo, que suena potentísimo gracias a la genialidad de Blasfem. Para cuando salieron todos al escenario para interpretar Rap Sin Corte L, el público tenía taquicardias.
Pero hubo varias cosas que al público nos cogió por sorpresa y nos terminó de conquistar. Lo primero para mí fue que el propio Blasfem conducía la aparición de los participantes. Cuál maestro de ceremonias, se deshacía en halagos hacia sus amigos, sus colegas, en mensajes claramente sinceros y sin ningún tipo de arreglo escénico. Simplemente, parecía que Blas daba las gracias por todo lo que estaba viviendo. Una lección de gratitud para todo el mundo.
Lo segundo, fue un pequeño interludio flamenco, en el que el productor invitó a dos cantaores, con la esperanza de acercar este género a su público, debido a que, como lo calificó, el "es parte de sus raíces". Y el público se entregó a él por completo. Puede que en Barcelona ayudase la ascendencia charnega de más de uno o una, pero desde luego la reacción del público fue preciosa.
Y lo último, una lección de hip-hop: A falta de diez minutos para el final, artistas que non habían participado en el disco ni en el concierto, tuvieron un rato de micro libre para soltarse unos cachos. Destacó Anier, que salió al escenario con toda la energía que le caracteriza, reventándolo y poniendo al público en pie. Un gesto de honra para Blasfem, que dio varias lecciones a lo largo de la noche.
Un concierto largo, pero vibrante
Tras las dos horas siguiendo bombos y cajas, cuando se hizo el silencio, me di cuenta de lo reventado que estaba. Dos horas saltando, meneando los brazos, y chocando con la gente que tenía al lado simplemente porque en medio de la sala abarrotada no había más hueco. Había tanta gente que no pudimos ni hacer una foto de calidad para este artículo.
Blasfem, hizo historia este año. Primero con un disco que es espectacular. Pero también con dos bolos que han sido un ejemplo para todos nosotros de lo que debe ser un concierto de rap.