El rap no estaba muerto, estaba de parranda
De las crisis se sale más fuerte que antes si uno aprende de ellas y eso es justo lo que parece que ha pasado con el Rap en éste país. Cuando los padres del movimiento en España se dieron un descanso, y después de no haber cuidado suficientemente a esa nueva ola de Mc's que peleaban por hacerse un hueco en un panorama musical en el que, además de no haber calado en la radio (osea se, en las masas), siempre se mantenían en la cuerda y ocupaban los carteles los mismos referentes; surgieron una serie de grupos que apostaron no solo por hacer algo radicalmente diferente a lo que todos los amantes del Hip-Hop estábamos acostumbrados, si no que muchos de ellos cargaban contra esas raíces, llamando viejo a algo que, por falta de tiempo y exceso de purismo, no había terminado de abrirse. Hablamos del trap (si es que alguien puede definir qué es eso) y de como consiguió encandilar a un público que prefiere un ritmo que te lleve en bolandas con un par de cubatas a las tres de la mañana que un mensaje profundo con un bombo caja marcado, o un mensaje a secas.
Esta situación la definió muy bien SitoFonk en uno de sus vídeos, esa explosión de autotune dio pie a que muchos chavales que hasta el momento no se habían hecho notar se levantaran y dijeran “eh, si esta gente triunfa haciendo música en lata, qué no puedo conseguir yo haciendo rap de verdad?”. La cuestión es entonces encontrar la fórmula. No conformarse solo con decir algo, sino decirlo de una forma que haga que muchos que nunca se habían acercado al Rap lo hicieran, superando muchos prejuicios, y al mismo tiempo conservar la esencia y mantenerse fiel a un estilo musical único en todos los aspectos.
Larga vida al Rap gritamos muchos cuando vemos que Foyone, Ayax y Prok, Hard, Fernando Costa, Hervé, Dollar o Jincho, entre muchos otros, devuelven a la escena esa autenticidad y esa frescura que tanta falta hacía. Ya no da miedo entonar en un estribillo o que cada vez aparezcan más beats de estilo acústico, esa fusión y ese acercamiento a otros estilos ya no es una blasfemia y, poco a poco, el Rap está ocupando el lugar que se merece en la industria musical de éste país (Buena muestra de ello es el éxito tremendo que ha tenido El Círculo en el público general). Hay que ir con cuidado, sí, pero no con miedo. La música es música y lo importante a fin de cuentas, es transmitir.