El pasado sábado tuvimos la suerte de asistir al XV aniversario de la mítica banda Los Chikos del Maíz, el grupo de rap político más emblemático de la historia del género en nuestro país. Estábamos preparados para ver arder el Wizink Center. Pero no nos podíamos esperar semejante locura.
Con un listado de invitados memorable, del que se cayó a última hora Zatu al dar positivo en COVID unas horas antes, una puesta en escena que haría llorar a Marx y un ambiente como no se había visto en la historia de esta vertiente del rap en nuestro país, el aniversario superó todas las expectativas de artistas y público.
Público venido de Madrid, de toda España, de Latinoamérica y de buena parte de Europa se congregó en torno a los valencianos para darles el calor merecido por su larga trayectoria basada en la crítica político-social.
Los Chikos del Maíz han hecho historia una vez más, convirtiendo el Wizink en la olla de su propio akelarre antifascista.
Un ambiente al rojo vivo
Cuando llegamos al Wizink nos encontramos una estampa más que representativa: Miles de jóvenes, azuzados por la comunión con el mensaje del grupo valenciano y por el ansia de un concierto después del destrozo que ha provocado el COVID en la música. Un COVID moribundo, pero que permanece como esa mancha de café que no se acaba de ir del todo, lo que hacía que lo siguiente que captara nuestra atención era el esfuerzo en organización, seguridad y prevención.
El público respondió consecuentemente, y acudió de forma masiva, pero manteniendo en todo momento mascarilla y orden, para gran alegría de los seguratas, con los cuales pudimos incluso intercambiar un par de bromas distendidas y amables.
Por una vez, la parte positiva de esto fue la entrada al Wizink. Pese a su gran capacidad, en apenas unos minutos estábamos en el interior, con chaqueta en el ropero y mucha mucha impaciencia. La eficiencia a la hora de organizar la entrada, nos ha dejado gratamente sorprendidos.
La pista se iba llenando, así como las gradas, y la tensión aumentaba con el público. Un solo vistazo alrededor nos permitía ubicarnos rápidamente: Todos los colectivos libertarios y basados en la tolerancia tenían cabida en esta fiesta.
Se podían ver desde emblemas LGTBIQ+ a Estreleiras, Esteladas, Ikurriñas y muchos otros colectivos sociales o políticos representados entre el público. La juventud antifascista española reunida en un gigantesco evento en Madrid.
El arranque más épico de la historia
De repente, las luces se cayeron, y un haz rojo de luz atravesó el gigantesco recinto del Wizink mientras los altavoces volvían a la vida y todo comenzaba a vibrar. La música de Aleksándrov daba el pistoletazo de salida para el evento, mientras las pantallas nos mostraban con Karl Marx un primer retazo de unos visuales que acompañarían todo el concierto y nos acompañarían el resto de la velada.
Acto seguido, Toni y Nega, acompañados por Plan B a los platos, saltaban al escenario, abrazados por el público en una ovación atronadora y un mar de puños en alto. De esta forma se abrió lo que sería a un repaso prácticamente completo a su discografía. Hubo hueco para sus últimos trabajos con David Simon o Comanchería, para los clásicos de los clásicos, repasando La Estanquera de Saigon y Pasión de Talibanes, y para sus primeros trabajos.
Cuando llegó Mi Novia es de Derechas, las gradas casi se caen. No es por fliparnos, pero casi hemos clavado la tracklist.
A lo largo de este repaso, la participación de artistas invitados ayudó al público a volar más si cabe. El primero en saltar a la palestra, y bastante pronto, fue Pablo Sánchez que recibió una calurosa bienvenida.
Charly F y Laura, acompañaron también a los Chikos, volviendo más memorable si cabe esta noche en la que más de uno se quedó sin cuerdas vocales.
Monty realizó una actuación espectacular, que personalmente nos impresionó muchísimo y nos conmovió hasta lo más hondo, dejándonos con ganas de más.
Sin embargo, uno de los puntos álgidos de la noche fue la aparición de Kase O. Cuando el mc más emblemático de la escena nacional hizo su aparición para la interpretación de Senderos de Gloria, los coros del público pudieron más que los altavoces del Wizink, los cuales parecía que se veían abrumados ante tanta efusividad. Los móviles iluminaron todo el recinto, parecía que nadie se quería perder ese momento.
Tuvo su momento también DJ Bokah, el cual reaparecía con la formación original de la Mazorka, para el encanto de los nostálgicos.
El cierre con Riot Propaganda
Todos sabíamos que Habeas Corpus tenía reservada la aparición en el concierto, y no podía ser de otra manera, ya que Riot Propaganda marcó un antes y un después en la música en España. La combinación de rap y hardcore punk rompió esquemas, y revolucionó con su éxito al público de izquierdas de nuestro país.
Dos álbumes en el haber de Riot Propaganda no podían pasar sin representación en este concierto. Lo que no esperábamos es que la gigantesca plataforma sobre la que se situaba Plan B se alzase, descubriendo los instrumentos de la emblemática banda de punk, mientras la batería y la guitarra atronaban brutalmente en el Wizink. El público enloqueció.
Todo el último tramo fue de Riot, con unos pogos de dimensiones titánicas que hicieron de merecido tributo a la música de la formación. Un público que tras dos horas de concierto parecía empezar a flaquear, se vino arriba y dejó sus últimas cuerdas vocales para animar lo que dio el toque final a la fiesta del antifascismo español.
Simplemente brutal.
Un evento que permanecerá en el recuerdo como pocos
A lo largo del evento, se sucedieron los pequeños discursos de Nega y Toni, agradeciendo, arengando, explicando su música, y sobre todo celebrando el camino recorrido. Todo fue perfecto en un aniversario que se notó, estaba cuidado hasta el más mínimo detalle. Casi puede que obsesivamente.
La crítica política, social, las referencias actualistas y culturales fueron la tónica en un concierto que reunió 8.000 personas en un solo lugar. Todo lo que podamos deciros sobre ello se quedará corto, y estamos muy agradecidos de haber podido asistir a semejante espectáculo.
Con este concierto Los Chikos han demostrado que hay Mazorka para rato, le pese a quién le pese, y que una vez más, Madrid será la tumba del fascismo. Porque la lucha sigue, y no pasarán.