Nos llega desde Cádiz un trabajo que nos ha pillado por sorpresa. Los gaditanos Khare y Borke venían avisando con tres adelantos que nos afilaban los colmillos, pero esta semana podíamos gozar de Dieguito Cabrön al completo, y tenemos que decir que nos ha encantado.
Esta dupla mc-productor, presentan un trabajo dinámico, muy electrónico aunque no abandone el fondo bombo clap, y que en resumidas cuentas nos parece que traslada muchas de las tendencias que actualmente rigen la escena de los states a nuestro país, dándole una vuelta con nuestro particular contexto, para dejarnos un curro original, potente y sonoro, tremendamente disfrutable.
Un curro que en la tónica actual, se ha pulido tanto en el aspecto sonoro como en el visual, acompañándolo de tres videoclips de tremenda calidad y un visualizer con una estética brutal.
Vamos a hablar un poquito más de Dieguito Cabrön.
Dinamismo sin perder energía
Una de las cosas que más nos ha llamado la atención es el dinamismo en los beats de Dieguito Cabrön. Pese a mantener una unidad sonora mantenida por un toque electrónico que es constante a lo largo de todo el trabajo, pero alcanza una variabilidad curiosa desde temas más rockeros como Llenámela de Ron o Míranos hasta temas más maquineros como Klub o Para hacerlo llover, con toquecillos a afrobeat.
Pero ningún tema es flojo, todos tienen ese punto en el que el cuello se te empieza a mover inconscientemente.
Khare mantiene la energía de las parrafadas alta y constante, con un tono cambiante, que se acerca al R&B en temas como Hasta Aquí. El resultado es un disco muy movido, que se pasa muy rápido, y deja con ganas de más. No hay temas de descanso, no hay la típica pausa a mitad del trabajo para que el oyente se tranquilice y se prepare para un nuevo subidón de estamina, tampoco es un crescendo, es simplemente un constante embate musical.
A esto contribuye claramente Borke. Sus producciones fusionando distintos géneros y procesando el sonido para darle ese tono electrónico son uno de los puntos fuertes de este disco, volviendo a poner sobre la mesa la influencia que tiene una agrupación estable sobre la calidad final del trabajo. Si bien podemos encontrar la participación de otros productores como Blasfem, el ha cargado con el peso de la producción, y su trabajo brilla tremendamente.
Un sonido que bebe de mil referencias
Si en el cine siempre se referencia a Tarantino como una figura construída sobre mil y una referencias anteriores, este trabajo es una buena traslación de esta estrategia a la música.
Dentro de Dieguito Cabrön encontramos influencias y reminiscencias a otros artistas del panorama. Así, Mon Sherry nos recuerda ligeramente a Delaossa, Down it a Easy-S o Llénamela de Ron a Natos y Waor. Referencias a otros artistas que no se han quedado en el bite, si no que han construido sobre ellos, aportando a la escena y como decía Newton en su archicitada expresión "Subiendose a hombros de gigantes".
Khare y Borke traen un trabajo interesante, con unas bases fuertes y bien construidas, sobre las que han enhebrado un sonido distintivo, creando un disco que desborda calidad, mixeando elementos, sonidos y trayectorias anteriores con su propio carácter.
A nosotros, al menos, este planteamiento nos ha encantado.
Detalles cuidados y pulidos, cero impro
Este sonido tan bien planteado se ve bien redondeado con los elementos visuales como hemos comentado al principio. El visualizer que acompaña al disco en Youtube, con predominancia de rojos y negros, y un enlace entre el Hip-Hop y la joyería de exposición en su formato de presentación constituye un acompañamiento sencillo pero efectivo para el sonido tan actual del disco.
Los clips de los tres adelantos siguen la misma fórmula: Sencillos, pero efectivos, y siempre con un acabado de calidad innegable, jugando con conceptos parecidos. Todos ellos supervisados por Khare, demostrando la implicación hasta el mínimo detalle que ha dado como resultado un disco tan bien planteado.
Recomendamos darle una oída a este trabajo, que seguro que a más de uno le pilla por sorpresa, y que tiene esa dualidad implícita que vale tanto para sonar de fiesta como para escucharlo tranquilamente en casa, prestando atención a los detalles que contiene.