Lil Wayne aceptó un cargo para vigilar a presos y ayudar a prevenir suicidios durante el tiempo que pasó en prisión en 2010 tras ser detenido por posesión de armas.
Estas son las palabras del rapero, explicando en que consistía dicho trabajo:
"El trabajo consistía básicamente en vigilar el último piso de la cárcel en turnos de ocho horas y si alguien intentaba colgarse para quitarse la vida, las instrucciones eran no tratar de negociar ni hablar con ellos para hacerles cambiar de idea, sino simplemente avisar a un oficial", revela la estrella en su libro autobiográfico 'Gone 'Til November: A Journal of Rikers Island'."Te pagaban 50 dólares si impedías que alguien se ahorcara, y 25 si los encontrabas ya colgados. Sí, así eran las cosas".
Como vemos, Wayne es bastante polifacético.