El debate en torno a la ubicación del trap y el drill dentro o fuera del género del rap lleva al rojo vivo desde la popularización de ambos. Para el público más joven es la evolución natural del rap, mientras que para los puretas es algo totalmente aislado, que en todo caso puede haber derivado de una pérdida de calidad en el mismo hasta acabar conformando otra cosa.
Pero, ¿Cuál es realmente la relación del trap y el drill con nuestro género favorito? ¿Es puramente genealógica o también técnico-estilística? Estas dudas nos asaltan a nosotros mismos a menudo cuando vemos la variedad de opiniones y de clasificaciones al respecto en función de los gustos personales del público.
Por ello, en parte para saciar nuestra propia curiosidad, hemos decidido buscar un poco de información y hablar sobre el tema en este artículo. Vamos a buscar las relaciones del trap y el drill con el rap.
Primera parada, el trap
Casi todo el mundo coincide en que el origen del trap, anterior al drill, y, por tanto, más asentado a día de hoy, se remonta a los años 90 en Atlanta, EEUU. Tras especularse largo tiempo con el origen del término (mucha gente opinaba que venía de la fusión de trash y rap, debido a su sonido), se ha aclarado también que su origen proviene de las trap houses, lugares donde se producía y consumía crack.
Su desarrollo va totalmente ligado al del rap en estos años, ya que como hemos dicho es un subgénero. En los 90 vivíamos el boom del gangsta rap americano, con grandes grupos como la NWA, Dr Dre o Ice-T entre muchos otros.
Todo parece indicar, que el giro de popularidad, hacia una crítica más velada y mucho más violenta representando el día a día de los barrios pobres estadounidenses, fue el cambio dentro del rap que propició posteriormente la aparición del trap. Las temáticas se alejaron bastante del rap de los 80, y todo obtuvo un sonido mucho más duro, oscuro y potente para poder representar al gueto.
No podemos hablar de un único creador del subgénero, pero lo cierto es que artistas de la ciudad de esta época comienzan a tener un sonido que oscila entre ambos subgéneros, como Future (considerado el principal creador del trap por la mayor parte del público), Gucci Mane o 2Chainz, entre otros.
Como siempre, a partir de este punto el trap es como el fuego en un charco de gasolina: se extiende. Primero por EEUU, donde alcanza la cima ya en 2010. Luego al resto del mundo. A España tarda aún unos tres años más en comenzar a llegar, y un poco más en consolidarse como tal. De ello se encargan principalmente Kefta Boyz, más tarde PXXR GVNG.
A partir de este momento se populariza también en nuestro país hasta llegar a la escena actual.
¿Pero qué es el trap?
Es difícil caracterizar un género que en realidad basa su éxito a su accesibilidad, a la democratización que hace de la producción musical, y que, por tanto, da pie a la inclusión de muchos artistas diferentes, cada uno de su padre y de su madre. Todas las definiciones del trap son vagas, y ahí puede que radique precisamente su carácter.
A grandes rasgos podemos caracterizar sus diferencias con el rap en los tempos, más lentos (no menos enérgicos) que en el gangsta rap americano de los 90 del que bebía, donde la velocidad se usaba como muestra de habilidad. En nuestro país, este elemento se ha visto modificado debido a la combinación con músicas nacionales (como el caso de Rosalía) y latinas.
A esto se le añade un carácter mucho más electrónico que el del rap (elemento que se ha ido desdibujando con el paso de los años), un aprovechamiento de herramientas nuevas, como los moduladores de voz, y una revisión de temáticas marcadas por un componente neoliberal que, por otro lado, tampoco se desligan del todo de las temáticas de su predecesor el gangsta rap.
Quizá uno de los elementos más llamativos que ha introducido el trap ha sido la importancia de la estética, la búsqueda de una obra completa en todos los aspectos. De este concepto ganan cada vez más peso los videoclips y la propia estética de los artistas, que, por otro lado, está muy orientada hacia un feísmo buscado que influye también en lo musical.
En nuestro país, en algunas vertientes, ha encontrado en el cine kinki una fuente de la que beber, combinando ambas estéticas.
Sin embargo, como decimos, esto es simplificar mucho el panorama, ya que el abanico de artistas y su variedad es exageradamente grande.
Aún no he interiorizado el trap... Y llega el drill
La historia del drill, aunque más reciente, no se diferencia mucho de la del trap. Nacido en Chicago, más o menos en el momento en que en España estaba llegando el trap, está también muy relacionado con el gangsta rap, ya que nace prácticamente como una simplificación estilística del mismo. Casi todo el mundo concuerda en que el artista que sentó las bases de este subgénero es Chief Keef.
Sin embargo, el drill no se popularizó en EEUU tanto como el trap. Tuvo que esperar hasta llegar a UK para evolucionar un poco más y de ahí saltar al resto del globo.
La situación socieconómica en Londres no se distinguía mucho de la de Chicago, con la diferencia de que los ingleses no contaban con la tradición basada en el gangsta rap, sino con el grime. Grupos como 67 definirán las nuevas bases, y popularizarán el drill en las islas británicas.
Es la combinación de ambos estilos, por otro lado, con bastantes puntos en común, lo que da lugar al drill inglés, que lanzará el subgénero a la fama. Como consecuencia, volverá a EEUU reforzado, con Pop Smoke y su corta carrera como punta de lanza. A partir de ahí, se extenderá por todo el mundo.
Esta popularización global ha sido aún más rápida que la del trap, aunque no haya alcanzado aún las cotas de este. Esto se debe a la cada vez mayor influencia del uso de las RSS en el panorama musical internacional, que permite fenómenos como este.
¿Y este en qué consiste?
El drill es un estilo muy muy joven, por lo que definirlo a día de hoy es un poco limitante. Sin embargo, sí que tiene límites estilísticos más claros que el trap. Básicamente, podemos decir que consiste en una simplificación al extremo del gangsta rap, manteniendo la esencia oscura y enérgica del mismo.
Esta simplificación no solo afecta a su apartado musical, sino también lírico, donde se evitan elementos literarios como hipérboles, metáforas, u otras formas que no consistan en la transmisión de un mensaje directo, claro, conciso. Sin filigranas. El drill no busca nada por el estilo, busca dejar un mensaje claro. Además, es muy característico (especialmente en UK) las ráfagas rápidas de versos, que se van sucediendo a lo largo del tema.
El panorama actual no hace del todo fácil vislumbrar donde están los límites entre un estilo y otro, y además muchos artistas saltan al gusto entre ellos. Incluso podemos encontrar fusiones de ambos que complican más aún el diferenciarlos. Pero el caso es que ambos están ahí, y están en pleno desarrollo.
¿Son o no son rap?
Con toda esta información, vamos a poner las cartas sobre la mesa. Creo que decir que el drill no es rap, a día de hoy es una tontería, ya que musicalmente aún tiene muchos elementos que lo unen al género. Y si las temáticas más duras, sin elementos de crítica sociales, fuesen suficiente para considerarlo un estilo musical aparte, entonces el gangsta rap también lo sería.
Incluso dudaría un poco en cuanto a este punto. La NWA es un caso claro de gangsta rap que sí que consideraba que hacía una crítica social a través de su música. Ice Cube ha reclamado varias veces este papel. Simplemente, esta se hace a través de la representación de una clase social que no aguanta más.
El drill ha cubierto un poco este nicho con la pérdida de popularidad del gangsta rap. Habla de lo que habla, y normalmente es de chavales que lo pasan realmente mal. Otro tema que podemos discutir es si esta representación en nuestro país es veraz o ficticia, pero aquí estamos intentando hablar desde un punto de vista general.
El caso del trap es más complejo, al presentar tal variedad, es muy difícil decir si es o no es, o si una parte lo es o no. Pero esto nos puede pasar con cualquier música. Creo que a día de hoy, si que podríamos decir que el trap es un subgénero del rap y como tal, sigue dentro del género (lo cual quiere decir que es rap, que a veces parece que la gente piensa que un subgénero es algo aparte).
Sin embargo, el fenómeno musical y social del trap, hacen que este evolucione y diversifique rápidamente. Por tanto, puede que en unos años nos encontremos con que si que hay una separación real y plenamente tangible entre ambos. O que se conserva una forma más clásica del mismo, que sigue integrado en el rap, mientras otra parte se desarrolla de forma individual.
Incluso quién sabe, puede que nos encontremos con que se diversifica en varios géneros nuevos, diluyéndose en sí mismo, debido a esta naturaleza cambiante y tan poco limitante.
Lo cierto es que independientemente de gustos, el trap conforma un fenómeno social y musical muy interesante. Su naturaleza libre de barreras autoimpuestas, le permite precisamente mostrar un abanico adaptativo sin fin, clave de su éxito y puede que de su evolución hasta desaparecer en sí mismo, convertido en otra cosa. Esto por ejemplo, siempre ha sido un gran problema en el rap español, que por lo general está bastante cerrado a los cambios, y quizá de este choque de perspectivas es de donde nace todo este debate.
Muchas veces olvidamos que la aparición de algo nuevo no tiene por qué significar la desaparición de algo viejo, siempre que haya gente que quiera mantenerlo vivo. Y en esta confluencia de lo nuevo y lo viejo es donde radica precisamente la riqueza musical y podríamos decir incluso cultural.
Todo se verá.