Si bien esta referencia apareció hace un par de semanas ha seguido una suerte paralela a la carrera de su MC, muy buenas críticas que no consiguen traspasar cierta barrera invisible impidiéndole llegar a la primera división de los medios de comunicación. Tema que por otra parte ya parece barruntarse desde el mismo título.
Ese comienzo soñador a lo Kid Kudi se combinará con una atmósfera trap que tiene más de alienígena que de codeína. Será por eso que Sean Brown se esfuerza en transmitirnos una sensación de ingravidez en sus cambios de un flow seco a otro melódico, algo así como el niño que quiere soñar a pesar de crecer en el peor lugar de la tierra. Y si no ahí está por ejemplo “Higher Baby”.
Mención aparte a Crazy T quien lleva el mayor peso de las producciones, destacando temas como “Gold Seed” y esos sintetizadores retro que si nos descuidamos nos llevan de un lugar etéreo entre el bien y el mal a las profundidades del océano. Asistiremos así a un continuo contrapunto entre un mundo electrónico decadente –“Thru the city”– y los mundos fantásticos de los castillos góticos a lo Labyrinth –“What’s Popin”.
Poco importará en definitiva lo que suene, el californiano no es Mac Miller y acabará en el último “These Walls” encerrado tras los barrotes de la vida. Como siempre. Príncipe de una melancolía negra que no cae en el sadcore.