Cuando hablamos de la historia del hip hop, los Beastie Boys ocupan un lugar especial. Con su estilo irreverente y su fusión de géneros, revolucionaron la escena musical en los años 80 y 90. Sin embargo, el proceso de creación de su segundo álbum, Paul’s Boutique, no fue nada fácil.
De hecho, se convirtió en una de las experiencias más costosas y caóticas de la banda, llegando al punto de desperdiciar una cantidad exorbitante de dinero.
El Inicio de una Nueva Etapa
Después del éxito arrollador de su álbum debut Licensed to Ill en 1986, los Beastie Boys decidieron dejar su sello discográfico Def Jam y firmar con Capitol Records. Esta fue una movida arriesgada, pero estaban seguros de que era el momento adecuado para un cambio. Capitol Records, entusiasmada con el potencial de la banda, invirtió millones de dólares en ellos, esperando replicar el éxito de su primer álbum.
Sin embargo, los Beastie Boys no tenían prisa en cumplir con las expectativas de la disquera. Se sentían confiados y con ganas de experimentar, lo que les llevó a un proceso de grabación largo y costoso.
Grabación en un Estudio Casero
La primera parte del proceso de grabación de Paul’s Boutique tuvo lugar en un pequeño estudio improvisado en el apartamento de Matt Dike, fundador de Delicious Vinyl. Aquí, los Beastie Boys comenzaron a trabajar con los Dust Brothers, quienes aportaron un estilo innovador y experimental que definiría el sonido del álbum.
Aunque este entorno era ideal para la creatividad, la banda empezó a sentir la presión de la disquera para trasladarse a un estudio más profesional.
En retrospectiva, los Beastie Boys admiten que deberían haber seguido grabando en el estudio casero de Matt Dike. Habrían ahorrado una gran cantidad de dinero y, quizás, el álbum habría mantenido la crudeza y autenticidad que se empezó a gestar en ese pequeño espacio.
Sin embargo, el deseo de sentirse "grandes" los llevó a tomar decisiones que, a la larga, se convertirían en costosos errores.
El Desperdicio de Dinero en Estudios Caros
A medida que avanzaba el proceso de grabación, los Beastie Boys se mudaron a estudios más grandes y lujosos, como el Record Plant en Los Ángeles, donde rehicieron gran parte del material que ya habían grabado en el estudio casero. En lugar de mejorar, el sonido se volvió más pulido y perdió algo de la energía original que habían capturado en las primeras grabaciones. Aquí es donde la banda comenzó a desperdiciar dinero de manera alarmante.
El Record Plant, famoso por albergar a artistas legendarios, resultó ser un lugar donde los Beastie Boys no solo grababan, sino que también desperdiciaban tiempo y dinero en distracciones como videojuegos. Para colmo, en medio de la grabación, se encontraron con la filmación del video musical de "Patience" de Guns N’ Roses, lo que generó aún más distracciones y retrasos.
Cuando finalmente se dieron cuenta de que el material grabado en el estudio casero era superior, ya habían gastado una fortuna en estudios profesionales. A pesar de ello, no volvieron al apartamento de Dike. En lugar de eso, decidieron trasladarse a otro estudio caro, el mismo donde Quincy Jones había trabajado en el álbum Thriller de Michael Jackson. Aquí, se toparon con problemas técnicos constantes que los mantuvieron inactivos durante días, acumulando costos sin avanzar en la producción del álbum.
La consecuencia de desperdiciar dinero
Después de meses de grabación y una montaña de gastos innecesarios, los Beastie Boys finalmente terminaron Paul’s Boutique. Sin embargo, el costo fue exorbitante. Mike D, miembro del grupo, mencionó en una entrevista que no sabía la cifra exacta, pero que fue una cantidad que fácilmente se acercaba a los cientos de miles de dólares, dinero que Capitol Records había adelantado y que se descontaría de las regalías de la banda. En otras palabras, el dinero que habían desperdiciado estaba saliendo directamente de su bolsillo.
Para empeorar la situación, el álbum, aunque hoy en día es considerado una obra maestra, no tuvo el éxito comercial que Capitol Records esperaba. Esto provocó que la relación entre la banda y la disquera se volviera tensa, especialmente cuando Capitol decidió enfocar todos sus esfuerzos en promocionar el álbum de otro artista, Donny Osmond, dejando de lado Paul’s Boutique.
Lecciones de un desastre financiero
El proceso de grabación de Paul’s Boutique es un claro ejemplo de cómo incluso las bandas más exitosas pueden tomar decisiones equivocadas que llkes puede dejar en la más absoluta bancarrota. Los Beastie Boys aprendieron de la manera más dura que, a veces, la simplicidad y la autenticidad son más valiosas que la opulencia y la grandiosidad de un estudio caro.
A pesar de los desafíos, Paul’s Boutique se ha convertido en un álbum de culto, y la experiencia, aunque costosa, sirvió como una lección invaluable para la banda. Así que, la próxima vez que escuches este álbum, recuerda que detrás de cada pista hay una historia de creatividad, experimentación y, lamentablemente, de mucho dinero desperdiciado.