Ayer se celebró la entrega de premios de los Latin Grammy 2023, los prestigiosos premios musical que premian a los artistas de habla hispana en todo el continente. Unos premios que, pese a su prestigio, siempre son objeto de polémica por nominaciones y premios, y que aglomeran en una gala gigantesca a un número enorme de artistas y personalidades internacionales.
Este año, la velada de los Latin Grammys destacaba por celebrarse por primera vez fuera de los Estados Unidos (lo cual ya de por sí es ciertamente irónico) para trasladarse hasta Sevilla, donde se premió a algunos de los mejores artistas latinos del planeta. A nosotros, obviamente, nos han llamado la atención las categorías relacionadas con el rap, o cuando menos con la música urbana, que no han estado exentas de polémica.
No vamos a repasar las 56 categorias de este evento, ya que no tendría mucho sentido en esta página hablar de flamenco o música cristiana, pero sí que creemos que es interesante comentar ciertos aspectos de la gala.
Demasiado grandes para hilar fino
Es indudable que abarcar la musica latina de A a Z es imposible. Igual que era dificil realizar una lista de los raperos mas influyentes del rap hispanohablante limitandola a 50 como hizo Billboard, estos premios parten de la base de que muchos músicos se quedaran fuera por qué es imposible tenerlos en cuenta.
Sin embargo, ayer sí que nos escamaban algunos detalles que creemos que a estas alturas, los Grammy deberían plantearse implementar en su gala, más ahora que por fin han salido de USA para trasladarse a un país realmente latino.
Lo primero, es que parece que, como siempre, algunos géneros tienen más foco que otros. Nos encontramos en España un gran protagonismo del flamenco, dejando de lado toda la riqueza musical del país más allá de Andalucia, cosa que estamos seguros de que otros países de Latinoamérica compartirán con nosotros. Si nos centramos en la vertiente lusofona de los premios, esta está aún más limitada, para nosotros claramente debido a la minoría entre comillas portuguesa que participa en este certamen, cuando su riqueza musical es increíblemente variada.
Ya no solo centrándonos en la pluralidad de músicas latinas representadas, que géneros no exclusivamente latinos, pero masivamente extendidos a día de hoy, como es el rap, solo tenga una categoría a mejor canción, y no cuente con una propia a mejor álbum, nos parece cuando menos, criticable. No sabemos si el planteamiento es englobarlo en las categorías de música urbana, pero si es así nos parece un craso error.
La denominación de música urbana es útil a día de hoy, pero como una academia de renombre, su uso en las categorías, sin diferenciar entre géneros como reggaetón o rap, que merecen su protagonismo individual en este tipo de premios, no nos parece muy adecuada.
Las nominaciones...
Por otro lado, tendríamos las listas de nominados. Obviamente, es muy difícil en un listado de 10 nominados poder englobar la pluralidad de artistas actual que tenemos dentro del panorama hispanohablante, pero hablando desde las categorías en las que tenemos criterio, nos sorprende mucho ver la lista de nominados a mejor canción de rap.
Una categoría que justamente cuenta con muy pocos nominados (6 frente a las 10 u 11 que vemos en otras categorías), que finalmente ganaron Eladio Carrion y Bad Bunny con el tema Coco Chanel.
Sería interesante conocer los criterios que llevaron al jurado a esta decisión, viendo que otros nominados son artistas como JNoa, una jovencísima rapera de República Dominicana que cuenta no solo con un tema bestial, sino con todo el respaldo de haberlo hecho de forma autodidacta, manteniendo el nivel en calidad con estos dos artistas que cuentan con todos los medios del mundo.
Y ciertamente, siendo una categoría tan concreta, nos sorprende que el tema ganador sea precisamente uno bastante híbrido, cuando 2023 ha estado lleno de temas de grandes referentes del género.
Como comentábamos antes, solo tenemos esta categoría específica para el rap en los Latin Grammys. En la categoría de mejor álbum de música urbana encontramos al venezolano Akapellah y de nuevo a Eladio Carrion, junto con artistas tan alejados del rap como Rauw Alejandro, Feid o la ganadora Karol G.
No nos vamos a volver a repetir en lo expuesto anteriormente sobre lo que implica incluir esta categoría mejunje en estos premios, pero aparte de eso, nos gustaría ver como se ha evaluado a músicos con perfiles tan diferentes como Akapellah y Rauw Alejandro, intentando mantener un criterio único mientras en otros géneros nos encontramos con nominaciones mucho más uniformes.
Un mejunje extraño y mucho mainstream
Ciertamente, aunque algunos nominados se salen del mainstream, parece que las nominaciones son el límite. Ningún artista que solo sea medianamente conocido ha llegado a alzarse con el reconocimiento de los Grammy en esta edición, y parece que el último criterio para alzarse con las estatuillas sea precisamente el tener una repercusión internacional.
Aunque como decíamos entendemos que es un ejercicio difícil para la academia el resumir un año intenso de música en 56 categorías, creemos que en algunos aspectos no hay una importancia balanceada entre géneros, primando unos sobre otros, lo cual es bastante injusto.