domingo. 28.04.2024

Chuty es indudablemente una de las grandes figuras del freestyle español. Además, el madrileño está en la cima de esta disciplina en su panorama hispanohablante, posiblemente solo igualado por el mexicano Aczino. Sus números son inigualables por ningún otro competidor nacional. Su palmarés es de récord. Pero como todos los grandes, sigue teniendo una gran cuenta pendiente. 

Por eso, este año se ha propuesto finalmente completar ese increíble palmarés, llevándose por fin el ansiado título de la Red Bull Batalla Final Internacional de 2023 que se disputará en Colombia. Con motivo de este evento, en el que se prevé además el posible primer enfrentamiento entre Chuty y su némesis Aczino, hemos podido charlar con él sobre el freestyle y el momento que vive la disciplina. 

Mente y voluntades de acero

Mientras hablábamos con él, no parecía que la previsión de esta competición, la última que le falta para haberlo ganado TODO, le pusiese mínimamente nervioso.

Le preguntamos sobre su preparación psicológica para estos enfrentamientos, sobre todos aquellos que generan tanta expectativa como el que se prevé con Aczino, que otros competidores hemos visto que preparan con asistencia especializada. Chuty no lo necesita. Con un control que parece sacado de un maestro de peli de Kung Fu de los 90, nos responde tranquilo que está preparado. 

Ante esta respuesta, pasamos a la otra gran cuestión que nos genera su capacidad para arrasar en las competiciones: ¿No se aburre de ser tan abrumadoramente superior al resto de competidores? Se ríe y contesta tranquilo, "Siempre se puede ganar más. Si lo he ganado todo, habrá que volver a ganarlo otra vez". 

Con Chuty hablar sobre free es como hablar sobre respirar, todo parece natural, obvio. Común. Es como esos atletas que, con toda la humildad, normalizan el éxito hasta que parece que no tiene más importancia. 

La situación actual del free, ¿Decaída? 

Aprovechamos para hablar con el sobre aspectos controvertidos de la disciplina, como su proceso de profesionalización, que tantas críticas levanta, y que Chuty ha apoyado con sus actos. Nos responde nuevamente con las ideas claras. La profesionalización, asociada a la deportivización, ha permitido que los competidores del free puedan comer sin un pluriempleo. Así que para él, está justificado. 

Una respuesta similar en cuanto a actitud recibimos al preguntarle por el auge de ideologías reaccionarias dentro del freestyle, apoyadas en ese efecto hooligan que acompaña a la deportivización. Para él es un precio a pagar por la popularización de la disciplina, y no le da más importancia.

Obviamente, no lo apoya, pero considera que es un proceso normal en el crecimiento de una disciplina y que consiste más en un comportamiento tóxico por parte del público que un problema de "ideologías". En cuanto a esto, el freestyle sigue ligado a su origen en el rap, con lo que conlleva el ser una música de clase. 

Por último, hablamos de un tema muy en boga actualmente, la posible decaída del freestyle. En este caso, sí que se nota que le molesta el tema, pero le molesta porque no lo ve real. Nos ofrece números de visualizaciones, de localidades vendidas en eventos, de crecimiento en los eventos, aunque en las plataformas se hayan reducido las reproducciones. 

Para Chuty hablar de decaída le parece exagerar, y eso queda claro. Le parece casi una hipocresía, y lo deja claro con argumentos fuertes capaces de convencer a cualquiera que estuviese dubitativo al respecto. 

Colombia se acerca, y parece que él está más que preparado

Lo cierto es que tras hablar con él, y ver que tiene las ideas tan claras, no nos cabe duda de que el próximo día dos de diciembre, Chuty se hará con el campeonato que le falta para haberlo conquistado todo, convirtiéndose así en el mejor freestyler de todos los tiempos. 

Lo que suceda después, será pura historia de la disciplina ¿Tendrá final el reinado del madrileño sobre el panorama hispanohablante del freestyle? Nosotros, de momento, lo dudamos. 

Entrevista a Chuty: "La deportivización del freestyle ha hecho que gente que no tenía...