El día que la música ardió.
Gracias al New York Times ha visto la luz uno de los sucesos más trágicos para la música de los últimos tiempos. El diario americano, tras una larga investigación, publicó hace unos días un artículo donde desvelaba algo que Universal Records llevaba intentando ocultar desde 2008: El incendio de uno de sus principales almacenes, donde se encontraban numerosas grabaciones originales de artistas como 2Pac, 50 Cent, Eminem, Nirvana o Chuck Berry.
Sin duda es un escándalo que la productora musical ha intentado ocultar durante más de diez años y cuya perdida es de un valor incalculable. Se estima que se perdieron alrededor de 500.000 canciones. Los medios hablan de un valor de entre 150 y 200 millones de dólares, aunque es imposible saber el número exacto ya que hay muchas incógnitas en el caso, de hecho podrían ser incluso más.
¿Y por qué son tan importantes estas grabaciones si las canciones ya han sido publicadas?
Básicamente no se trata del valor sentimental, histórico o de exclusividad. El hecho de que se hayan quemado las grabaciones originales significa que se han perdido las cintas donde están todos los instrumentos y voces grabados por separado, lo que hará muy difícil crear mixes o remixes del gran número de clásicos que se han perdido. En concreto hablamos de grabaciones que databan de 1940 en adelante. Además, entre las perdidas también se encontraban sesiones enteras de música y canciones inéditas que nunca podrán ver la luz.
El caso ha afectado a numerosos géneros musicales, desde Ray Charles o John Coltrane a piezas musicales que fundaron el rock como "Rock Around The Clock" o "Lui Lui", pasando por gran parte de la escena grunge ( Nirvana, Sonic Youth, Soundgarden, Hole) y terminando con muchísimas grabaciones de rap y R&B de artistas de primer ordeno como 2Pac, 50 Cent, Eminem, Snoop Dogg, The Roots, Queen Latifah o Mary J. Blige. Una auténtica tragedia.