miércoles. 08.05.2024

Graciel Stenio Lisboa Recio AKA Grazy es un pilar remarcable del panorama del breaking de nuestro país. Junto con su grupo Fusion Rockers, han forjado buena parte de la historia de este baile en nuestro país. 

Ahora se ha embarcado en un nuevo reto, la publicación de su primer libro titulado Manos Sucias. Un libro en el que reflexiona sobre el breaking y su trayectoria. 

Hablamos con el sobre lo que supone vivir del breaking ahora mismo en nuestro país y la trayectoria de esta disciplina. 

P – Vamos a comenzar hablando de uno de los puntos claves de tu libro: La competición. Me sorprendió lo bien explicado que está lo difícil que es vivir de la competición en el break ¿Crees que esto es algo que puede llegar a cambiar o que es algo inherente a la danza?

Grazy – Sinceramente, creo que, comparada con otras artes, la danza es la más efímera. Los cantantes viven de sus regalías, los actores de sus royalties ... cualquier otro artista puede estar viviendo años de una sola obra.

Si un cantante consigue un clásico, puede estar hasta veinte años viviendo de ese tema. Un director de cine igual. Pero la danza es totalmente efímera.

¿Qué si puede cambiar? Creo que es muy difícil ... Que a lo mejor haya un mercado, y se grabe algo que se siga reproduciendo, y tu cobres de ello ... Lo veo dudoso.

Lo que sí que sucede en el breaking es que algunas marcas te pueden patrocinar los x años que tu estés activo.

P – Claro, también me imagino que a ahora que el breaking ha pasado a ser también un deporte federado eso puede influir en que haya un cambio. Pero tienes toda la razón, es muy difícil que la danza te de royalties.

Con esto, quería entroncar con el hecho de que en el libro mencionas al breaking como arte y como deporte indistintamente ¿Para ti es lo mismo, engloba ambas partes? Creo que es interesante, porque esto nos puede llevar a discutir distintos matices.

Grazy – Para mí el deporte es una forma de arte. Mi concepto de arte quizás es muy especial, porque va ligado al sentimiento, a lo que tu puedas producir.

Por ejemplo, mi madre para mi preparando una ensalada hacía arte. Porque que le ponía todo el amor, y yo lo recibía al verla ¿Qué hay más artístico que eso? Expresar algo y que alguien reciba ese sentimiento que tú has querido trasmitir.

Para mí el deporte es una forma de arte, la cocina es un arte ... y no todas las artes son un arte. Entonces, yo creo que el deporte, bien realizado y que te mueva por dentro, es una forma de arte.

P – También me ha parecido curioso la cantidad de conceptos psicológicos que aparecen en el libro: La ansiedad, las zonas de confort, pensamientos intrusivos ... A la hora de escribir estas partes, ¿Te asesoró algún experto o son conceptos a los que tú has llegado por tu relación con el break?

Grazy – Pues mira, es que ahora ha cambiado todo un poco. Yo tengo ya 35 años. Hablo con chavales de 20, 22, 25, y veo que la psicología está en auge. A nadie le da miedo mostrar sus sentimientos. En mi generación esto era muy diferente.

Yo empecé a leer libros de autoayuda, de psicología, con 15 años. Me acuerdo de que iba leyendo en el metro de Madrid, y le daba la vuelta a la cubierta para que nadie viese el título del libro ¿Sabes? (Risas). Por si la gente pensaba que estaba loco o algo así.

Entonces, me he informado, he indagado mucho en eso, no es que me haya formado como tal, pero sí que es algo que me acompaña y me va a acompañar toda mi vida.

P – Que bueno. Es que lo vemos como algo muy importante, y de hecho hablamos con Blon, el freestyler, hace unos meses, y nos comentó que ahora que el free se está profesionalizando más, él tiene un psicólogo para preparar sus batallas.

Le dice como gestionar desde ataques del rival hasta el propio hecho de estar en un escenario.

¿Crees que algo así puede llegar a pasar en el breaking?

Grazy – Si, de hecho, está pasando ya. Más con la movida de que esté incluido en los juegos Olímpicos, con ese lado deportivo.

Yo tengo una psicóloga deportiva. Se llama Eva, y me va ayudando. Me metí con ella en un momento en el que tenía que tomar una decisión en mi carrera, y necesitaba apoyo, y a partir de ahí ella me lleva todo el aspecto deportivo.

Cuando tengo un evento le escribo, le escribo al acabar el evento ...

P – Claro por que, el breaking no es un deporte de exhibición, necesitas enfrentarte directamente a un rival y reaccionar rápido a él. Me imagino que es como vivir una montaña rusa de presión psicológica pasando de entrenamiento a competición y volviendo al entrenamiento.

Tiene que ser algo estresante el estar exponiéndote a picos de presión psicológica constantemente.

Grazy – Es estresante, pero es gratificante también. Todo a la vez. En España, creo que estamos en una situación desventajosa con respecto a otros países: Por mucho que ganes, siempre vuelves a la línea de salida.

Yo conozco bboys de Francia, Korea, Japón, que han conseguido x hitos, que les han posicionado para que les patrocinaran, o les han habilitado para tener un puesto en la Federación.

En España parece que da igual lo que ganes, lo que hagas, que siempre vuelves abajo.

Te hablo de mí, pero sin ninguna arrogancia: He ganado dos nacionales de Red Bull, he quedado segundo en otros dos, he competido en 44 países, he ganado en Japón, Italia ... He hecho muchísimas cosas. He sido juez de los mejores torneos.

Y, aun así, no tengo patrocinador ni nada parecido, y tengo que estar buscándome las castañas, parece que no he hecho nada de eso.

Es duro, claro, porque pasan los años y hay una sensación aplastante de “Esfuerzo mil, y poca recompensa”. Entiéndeme, que no cambiaría ninguna de esas experiencias que he vivido, pero hay una brecha demasiado grande entre una cosa y otra.

Y sobre todo conforme vas cumpliendo años. Yo ahora tengo 35, quiero seguir compitiendo porque entiendo la vida de esta manera, el breaking además de ser mi trabajo, de hacerme subir a los escenarios, también me aporta ese lado competitivo, y a veces me encuentro como un malabarista con 17 pelotas, intentando que no se me caiga ninguna.

Es muy agotador.

P – Desde luego es un punto de vista al que seguramente mucha gente no haya llegado.

En el libro diferencias varias fases vitales en el breaking: Una más competitiva, otra en la que te dedicaste casi exclusivamente a los shows, pero aun así en esta no tenías un calendario fijo.

Es algo que me gustaría tocar, ¿Cómo se vive con esa incertidumbre? Y sobre todo hoy en día, que ya tienes un currículum extenso y tu propia empresa ¿Has conseguido un horario más regular?

Grazy – Cómo se vive de esta manera creo que depende más de la personalidad. Creo yo. Hay amigos y familiares que me han dicho que serían incapaces de vivir como lo hago yo, porque de una semana a otra me cambia todo, parece la vida de otra persona.

Igual una semana estoy entrenando en Madrid, y la siguiente me sale una gira por Inglaterra y Austria. Tres meses. Volver y irme a Galicia 4 años. Así todo el rato.

Ahora me he asentado un poco más porque tengo un bebé, pero nunca llega a ser del todo lineal, del todo rutinaria.

P – No hay una estabilidad.

Grazy – No, si hablamos económicamente unos meses ganas cien, el otro mil, el siguiente cinco mil ... Vas así.

Pero como te decía, va por personalidades. Igual yo me he acostumbrado mucho, pero sería incapaz de vivir de otra manera ahora mismo.

P – Vamos a hablar de algo con lo que me sentí muy identificado cuando lo leí, porque creo que empezamos a bailar más o menos por la misma época.

Yo empecé en 2004, y la verdad es que cuando hablas de lo cerrada que era la vieja escuela sobre compartir conocimientos, me vinieron muchos recuerdos (Risas).

Internet estaba arrancando, YouTube aun no estaba funcionando, y había foros que te pasaban vídeos, pero solo si tú les pasabas algo que ellos no tuviesen. Era super sectario.

Grazy – Diooos, yo creo que ni llegué a eso (Risas).

P - ¿Qué crees que hizo cambiar tan radicalmente a la siguiente generación? Porque ahora encuentras vídeos de todo. Tutoriales, a mansalva.

Grazy – Yo fui un niño sin Internet. Empezamos yendo a cibers, que ya no deben de existir, eran sitios donde pagabas por usar internet 1 hora o 2.

Nosotros conseguimos VHS con unos vídeos de break que llegaron a una tienda de Madrid, y con eso aprendíamos.

Todo ha cambiado pues porque todo el mundo tiene acceso a Internet, y los dispositivos son mejores. Yo tuve internet en casa por primera vez con 21 años. Y teléfono con datos con 22 o 23 años.

Ahora los chavales con 11 años ya tienen un teléfono con el que pueden conectarse a todo eso desde cualquier lado. Los smartphones han cambiado todo, pero no solo el break, cualquier cosa de la vida cotidiana.

P – Yo me refería a nuestra generación, porque en las jams sí que los veía compartir. En cambio, cuando intentaba hablar con la peña de la old school ... Te iban a enseñar a hacer unos molinos los c*****s (Risas).

Grazy – Totalmente (Risas). Yo creo que fue un cambio de paradigma, porque como lo tuvimos tan crudo, inconscientemente pasamos todos a intentar facilitarle la información a las siguientes generaciones. De forma tácita.

P – Y conseguir clases de break era imposible, ni pagando (Risas).

Grazy – No no, ni en Madrid.

Realmente, tener algo de información, era tener un tesoro. Nadie quería compartirlo contigo, mucho menos si eras de otro grupo o llevabas menos tiempo.

Ahora nosotros entrenamos con chavales que llevan 2 años, todo el mundo habla con todo el mundo.

Yo recuerdo que era imposible que me plantease darle un consejo a un mayor. Ahora los chavales te dan su opinión. Ha cambiado todo mucho.

P – Para mejor (Risas).

Grazy – Si, sí. Pero bueno también es diferente. Recuerdo que quedábamos en Colón, y teníamos que ir antes. Cuando llegaban los mayores nosotros automáticamente recogíamos las cosas y nos íbamos a la parte de atrás.

No porque no quisiésemos, sino porque no nos dejaban, para no compartir indirectamente información.

P – Buah, que fuerte ...

Cambiando un poco de tercio, me gustó también mucho la visión que aportas del sistema de jurados en el break. Explicabas que hay una línea muy fina entre ser tú mismo y agradar al público y a los jueces. De hecho, das varias estrategias sobre cómo conseguirlo.

¿Como te influye esto cuando eres tú el juez? Porque comentas que te es mucho más difícil ser juez ahora que cuando empezaste.

Grazy – Es que me he dado cuenta de que la arrogancia te puede ayudar en muchas ocasiones (Risas).

Antes cuando era más chaval y bailaba con ganas de querer comerme el mundo, tenía una visión de mí mismo mucho más optimista. De “yo soy el mejor”. Y eso hace que te sea más fácil decidir qué es lo que sí y lo que no.

Con los años esa fase se pasa, y te abres mucho más a otras opiniones y formas. Y esa amplitud, hace que te sea mucho más difícil dictaminar quién ha sido mejor en una batalla.

P – Esas técnicas que tu explicas, esas estrategias para ayudarte a pasar filtros o a avanzar en las batallas, cuando tú eres juez ¿Las tienes en cuenta o las pasas por alto?

Grazy – No hombre, las tengo en cuenta porque al final la competición es un juego. Y como cualquier juego, hay unas reglas.

Yo cuando soy juez se quién se las conoce, quien viene solo a bailar, quien se está plantando con estrategias y se inspira de otras escenas ... Yo no lo paso por alto, al revés, valoro la gente que se ha inspirado o ha preparado la competición.

También hay gente que únicamente sale y baila de corazón. Pero hagas lo que hagas, esto es un lenguaje, y tiene unos códigos, y como tal el que se sepa expresar mejor en él es el que puede ganar la conversación.

¿A ti no te ha pasado que conversas con alguien que usa palabras muy rimbombantes, y al final de la conversación no tienes ni idea de lo que ha dicho? Hay gente que aprende cinco palabras en un idioma y se hace entender, y otra sabe millones y no lo consigue.

No es la complejidad de las palabras lo que cuenta si no que tu consigas transmitirlo. Como arte, cuenta la forma en como tu abrazas el momento y lo haces llegar a la gente y a los jueces.

P – Hablas también mucho del éxito en el libro. Tú tienes una larga experiencia en el break, ¿Qué es el éxito para ti?

Grazy – Hay un éxito que es el que ven las terceras personas y otro que es el que te colma a ti. Creo que el éxito es muy particular, muy individual. Conozco gente que proyecta mucho éxito para la gente y luego no es feliz, y viceversa.

Para mí, el éxito es realmente sentirse realizado con las decisiones que tu tomes en tu vida. ¿Yo podría haber sido más exitoso? Si. Pero pasan los años y me quedo con otras cosas.

Cuando, nació mi hija, revolucionó mi vida por la responsabilidad y la necesidad de adaptar mi rutina de entrenamiento a ella. Al ganar la Red Bull, me la trajo mi pareja para que la cogiese. Ese es el momento con el que me quedo.

El haber sido capaz, de haber ganado ese evento teniendo un bebé, que había días pues que no puedes dormir, que estás cansado, que tienes ganas de irte a casa y dormir, pero aun así insistes ... para mí eso fue éxito.

Ese momento, no el ganar ni el trofeo ni el dinero. El haber podido luchar conmigo mismo y poder decir que mereció la pena.

P - En esta línea, comentas que el breaking no tiene techo, pero ¿Tú tienes una meta final?

Grazy – He tenido muchas (Risas). Algunas las conseguí y otras no. Siempre vienen nuevas. No creo que tenga una.

Si te puedo decir que he aprendido a ser más conformista y agradecido. Si lo dejase mañana por lo que fuese, estaría contento con mi carrera. Y eso es otra forma de éxito porque me deja en paz.

Pero vamos, cosas por realizar, me quedan muchas. Siempre quedan (Risas).

P – Nos gusta dejar la última pregunta para promocionar vuestro trabajo. Por supuesto, hemos hablado de Manos Sucias, tu libro, pero ¿Dónde más te podemos ver ahora mismo?

Grazy – Pues mira, antes de acabar me gustaría decir que el libro pone breaking pero si cambias la palabra por cualquier otra cosa creo que puede funcionar igualmente.

Lo he sacado porque creo que esto es muy efímero, creo que no hay otro igual en español, y creo que puede ayudar a la gente.

Si la gente lo lee, me gustaría saber sus opiniones, y me gustaría que me escribiesen con ellas.

¿Qué donde me pueden ver? Pues ahora mismo he dejado varios proyectos de lado para competir así que lo próximo es que iré a Japón, Brasil, Portugal y Polonia con el circuito Olímpico, y las competis serán retransmitidas.

P – Al yo de hace 15 años me habría venido genial el libro (Risas).

Grazy – Gracias tío.

P – Muchísimas gracias por tu tiempo tío.

Grazy – Que va, muchísimas gracias a vosotros, por vuestra atención y vuestro tiempo.

Entrevista a bboy Grazy: "Si un cantante consigue un clásico, puede estar hasta veinte...