Joe Hebert, de 19 años, estaba revendiendo zapatillas a pesar de ser hijo de la directora de Nike.
Con tan solo 19 años, Joe Hebert estaba ganando al mes uno 600 mil dólares al mes, el único problema es que era hijo de Ann Hebert, vicepresidenta y directora general de Nike en Norteamérica.
Mientras concedía una entrevista a un sitio web, Joe informó accidentalmente al reportero sobre la conexión de su familia mientras daba detalles de su operación.
En una de las llamadas que Hebert hizo al reportero se identificó el número como perteneciente a su madre, Ann, y más tarde confesaría los lazos familiares sin darse cuenta de que envió un extracto bancario que mostraba que había utilizado las tarjetas de su madre para hacer compras.
Tras este descubrimiento, Ann Hebert dimitió, con efecto inmediato, tras más de 25 años trabajando para Nike. El informe sobre su hijo creó un escándalo entre los adictos a las zapatillas, a quienes les costaba creer lo sucedido.
Mientras mostraba su nuevo almacén con más de 5.000 zapatillas, Hebert pareció despistarse una vez más, admitiendo que aún podía sacar provecho de los descuentos de empleado, adquiriendo algunos modelos con más de un 50% de descuento.