Hace poco, leía en El País un artículo de opinión de Fernando Navarro, titulado "¿Dónde está la contracultura? Necesitamos hoy en la música española a The Clash".
En el artículo, Fernando utilizaba a la mítica banda de punk británica como un ejemplo de grupo con una trayectoria marcada por unos principios inamovibles que posicionaron toda su música en contra del creciente sistema neoliberal en el que estamos ahora mismo inmersos.
Esta postura los convirtió social y culturalmente en un referente, y precisamente los elevó al éxito y a ese merecido podio dentro de la música internacional. Lo cierto es que pocos grupos se pueden equiparar a The Clash en este sentido.
Con ellos como referente, el autor desarrolla una crítica al panorama musical español, el cual está totalmente inmerso en esa dinámica en la que lo que importa es el éxito, el éxito individual, y punto, y para llegar a él hay que ser una especie de malabarista que combine la música con ser un empresario de primera línea.
Un panorama en el que si se quiere llegar al éxito no hay cabida para eslóganes, para críticas, para mensajes, y si los hay se acaban en la lírica, ya que el funcionamiento musical por detrás está inmerso en el sistema. Los dos grandes referentes a esta escena que nos da Fernando son (como no) Rosalía y C. Tangana, dos músicos que por mucho que a mí me maravillen, tiene Fernando razón, son dos ejemplos claros de la situación que él describe.
Pero hay muchísima música en España, ¿De verdad no hay ninguna figura que se equiparé (salvando las distancias, claro) a The Clash?.
No tenemos una tradición muy direccionada a este caso
Lo cierto es que la escena más popular musical de las últimas décadas en España, salvando la generación de los cantautores y el rock radikal vasco, no es que haya sido un dechado de principios. Qué ojo, no pasa nada, pero es una realidad que hay que tener presente, aquí siempre ha triunfado más la música de fiesta que otra cosa.
No me voy a meter en el panorama general porque este no es el espacio para ello, pero aun así, creo que sí que hubo y hay figuras que han destacado en este sentido, aunque seguramente no tan notorias como los dos artistas citados. Pero vamos a hablar de rap, que es lo que toca aquí.
Entiendo que el concepto de grupo del que habla Fernando aúna principios con un nivel necesario de notoriedad en el panorama, y que busca una figura actual, que esté dando guerra ahora mismo. Así que: ¿Queda algún grupo contracultural que sea referente en el rap español actual?
Lo cierto es que el panorama actual, está muy influenciado por el sistema musical, que es necesariamente neoliberal. Las carreras se basan en el esfuerzo individual, la autogestión y la picaresca a la hora de negociar con las grandes empresas.
Las nuevas generaciones de artistas están cargadas de talento, pero no podemos decir que no hayan abrazado esta dinámica. Tampoco se les puede culpar, en un panorama en el que las opciones son hacerlo y destacar (o no) o comerte un mercado laboral que parece una jungla.
Ahí encontramos especialmente a la generación que nos trajo el trap, o que se incluyó en él, un subgénero muy marcado por esta dinámica, especialmente en nuestro país, no tanto en otros.
Pese a todo, tenemos grupos
Sin embargo, en el panorama actual encontramos aún figuras clásicas que se mantienen en forma y en pie. Creo que el grupo por antonomasia que podría aportar algo en este sentido serían Los Chikos del Maíz, que dieron un recital en el Wizink recientemente por su aniversario. Son abanderados de esta postura, y cargados de referencias contraculturales.
Si buscásemos figuras aún más populares, creo que podríamos encontrarlas en los miembros que permanecen en activo de Violadores.
Sho-hai no es que sea el perfil de artista más maleable del mundo y ha demostrado que hace un poco lo que le da la gana, y Kase O es actualmente un referente indiscutible, manteniéndose en este puesto con un funcionamiento que ciertamente va en contra de todo lo que actualmente está estipulado para triunfar, y con un discurso mucho más contracultural de lo que parece a priori.
Tenemos también a ToteKing, que si en los últimos años ha sabido reinventarse, incluyendo los elementos justos y necesarios para no caer en un estancamiento musical que, por otro lado, sería antinatural, ha mantenido los principios que han marcado su música hasta ahora, y puede que sea una de las figuras más estrictas con las que contamos en este sentido.
Por otro lado, ZOO, cuyos miembros llevan mucho en el juego, aunque la formación sea más reciente, son un claro ejemplo de una opción contracultural con todas las letras, que además está generando un fenómeno que se ha notado e influido en todo el país.
Las generaciones nuevas también mantienen el fuerte
Pero si argumentásemos que el vacío comentado se encuentra en precisamente esa generación más joven, que ha entrado directa en esta nueva dinámica, creo que si rascamos podríamos encontrar algo.
Dentro del rap español hay una escena under, que igual no entra en el grado de notoriedad exigido, pero que mantiene una postura contracultural de libro, y produce una música espectacular.
A la cabeza de esta escena, para mí, tenemos a Erick Hervé y Cheb Ruben, dos figuras que han renegado de los funcionamientos autoimpuestos actuales, y que destacan claramente por su actitud crítica. A ellos les siguen muchos otros nombres como los de Lone o Brawler.
En una línea de popularidad al frente, podemos encontrar artistas como Las Ninyas del Corro o Ill Pekeño y Ergo Pro, con discursos muy marcados por la conciencia de clase y la reivindicación de barrio, y una apuesta por la calidad frente a las presiones del sistema musical actual.
No creo que el rap actual esté vacío de principios, y aunque aquí hemos mencionado a unos pocos grupos, la lista puede ser mucho más larga sin lugar a dudas.
Se ha perdido hermetismo, se ha perdido puretismo y se han perdido conceptos a mi forma de ver cerrunos, que nacían de la situación de aislamiento que sufría el género a principios de los 2000 en nuestro país. Se nos ha colado también bastante discurso neoliberal, e incluso diría de ultraderecha, algo que hay que tener en cuenta y que deberíamos vigilar.
Pero creo que el núcleo duro sigue ahí, que las nuevas generaciones a veces se demonizan, cuando al fin y al cabo, son nuevas, y tienen mucha carrera por delante.
Y aunque ninguno de los artistas mencionados haga los números de Rosalía y C. Tangana, y no sean tan mainstream, como el propio Fernando reflexiona: ¿Qué es el éxito? ¿Cómo lo medimos?, ¿En el número de seguidores?. La influencia que todos estos artistas puedan tener en la generación actual que les escucha, a mí me parece un soplo de esperanza para el rap nacional.
Porque se está haciendo muy buena música, y música con principios, carácter y conciencia. Solo hay que salir ahí fuera y buscarla.